Desde 30/05/2018 Hasta 21/07/2018
Sanna Kannisto
Un sistema de canciones
Exposición individual comisariada por Chiara Bardelli Nonino
Hay paralelismos sorprendentes entre el canto de los pájaros y el aprendizaje de idiomas en los niños recién nacidos. A diferencia de la mayoría de los mamíferos superiores y otros primates, en humanos, pájaros cantores, colibríes y ciertos cetáceos y murciélagos, la capacidad de comunicación vocal no es innata sino aprendida, a través de una compleja red de experiencias que pueden resumirse en la capacidad de escuchar la propia voz e interactuar e imitar otras voces.
En 1976 se descubrió una serie de estructuras cerebrales en los pájaros cantores que gobiernan precisamente esto: se llama el sistema de canciones.
Este inesperado factor común entre seres de diferentes especies se encuentra en el corazón del trabajo de Sanna Kannisto: ya sean los transeúntes de la lengua vernácula local, los murciélagos del trabajo de campo o los colibríes de Act of Flying, las imágenes de Sanna presentadas en Metronom trazan paralelismos inusuales entre mundos aparentemente muy distantes. Como en un globo celeste, la exposición tiene como objetivo delinear constelaciones que se utilizarán como mapas para orientarse en el universo de este fotógrafo finlandés, donde cohabitan la inmensa biodiversidad del bosque tropical y el minimalismo del paisaje escandinavo, con el rigor de los procedimientos científicos y la absoluta libertad del arte, la fijeza de la imagen fotográfica y la tensión de los animales inmortalizados en toda su vitalidad.
Como en todas las fotografías verdaderamente interesantes, lo que queda fuera del marco en las imágenes de Sanna es tan significativo como lo que contiene. Afuera, aquí, están los biólogos con su obsesión por las mediciones, el estudio de campo portátil que Sanna logra instalar prácticamente en todas partes y que le permite fotografiar solo animales vivos. Y luego todos los artificios del arte, esa magia por la cual una cosa fotografiada debe de alguna manera ser realmente encontrada en un cierto lugar y en un instante dado, pero luego puede ser modificada al infinito.
Al igual que las manchas de tinta de Rorschach, las imágenes de Sanna Kannisto son deliberadamente ambiguas, perturbadoras. A pesar de la extrema complejidad de sus posibles niveles de interpretación, las imágenes de Sanna logran definirnos no por lo que nos distingue sino por lo que tenemos en común: nuestro sistema de canciones.