Desde 26/05/2021 Hasta 22/06/2021
Latidos que forman un corazón palpitante hecho de VIDA.
Principalmente en esculturas de exhibición hechas de hierro, madera y hormigón armado, además de tres coloridas pinturas que construirán la escenografía de la galería para sumergirse.
Antonio La Rosa modela un material rígido haciéndolo sinuoso y fluido, un material que ondula. A través de su arte, nos encontramos imaginando tantas historias e inconscientemente, nuestra mente vuela de una ventana a otra, de un edificio a otro, de un techo a otro. El observador se convierte en el protagonista de una performance virtual, se convierte en un curioso espía de la vida de los demás sin juicio, y más bien nos gustaría conocer sus secretos, desgracias y emociones.
Una historia concreta de las geometrías abstractas del mundo delgado y las personas que lo pueblan. Revela la humanidad a través de rascacielos, símbolo de la era moderna, de ascenso, de frenesí, compuestos por pisos superiores y subterráneos, en una hipótesis en la que los materiales moldeados se convierten en las almas y los estados de ánimo de sus habitantes que socavan la rigidez lógica haciéndolos palacios danzantes, suaves, de color como las existencias que albergan las muñecas matryoshkas.
Algunas ciudades, formadas por edificios separados, hacen que la misma instalación sea precaria, suficiente para tocar un edificio y hacer que varios de ellos se caigan en cadena. Como la vida, donde de repente las certezas pueden fallar. Sin embargo, nada permanece sin sentido y algunas de estas torres comienzan a tomar forma humana. Puedes imaginar a los amantes susurrando pensamientos, mientras que otros en jaulas eludibles tal vez estén listos para salir.
Otros edificios están hechos de materiales aislantes, que, irónicamente, narran el período de aislamiento que hemos experimentado en este último año loco. Hay hormigón armado para contar una fortaleza. El que tiene la llave del gran castillo que habita en cada corazón.