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Galería Hilario Galguera presenta la exposicio ́ n Preludio de Gabriel O’Shea (Metepec, Me ́ xico, 1998), que retrata la complejidad en capas de la era digital contempora ́ nea. Destacando el declive de la espiritualidad en la sociedad y su reemplazo por la veneración de los espacios virtuales, O’Shea busca explorar y experimentar con los medios clásicos y contemporáneos para revelar la decadencia del cuerpo como un símbolo sagrado.

Una melodía penetra en la atmósfera de la galería. Suena distante, cambiante, heterogéneo. Requiem es el título de una de las series de O’Shea, que lleva el nombre del himno dedicado a los difuntos en la misa católica tradicional. En este entorno se pueden encontrar esculturas de cera inspiradas en escenas religiosas reducidas a fragmentos, los torsos del cuerpo vestigios solitarios de un pasado poderoso. En Tan Poco, 2022, una pintura sagrada del siglo XVIII cuelga sin vida en una estructura oxidada, la imagen borrosa más allá del reconocimiento. En el espacio central de la galería residen los moldes escultóricos de torsos de yeso de la serie Elegías, con cuerpos momificados que se asemejan a reliquias arqueológicas, su materialidad contiene restos terrenales, cenizas, cabello humano y suciedad. A través de la muerte escenificada del arte religioso, y su reapropiación y sepultura de las formas escultóricas griegas, O’Shea encierra físicamente los contornos de una historia del arte cuyas afirmaciones de originalidad y relevancia cultural han sido interrumpidas por la innovación digital, al igual que ha interrumpido el culto tradicional, la idolatría y la devoción.

En las pinturas, la presencia de pinceladas en escenas distópicas no solo pone en primer plano el cambio en la práctica histórica del arte, sino que fomenta una mayor afiliación con los temas de representación de O’Shea. Las caras nubladas parecen de ensueño, lavadas y sin rasgos distintivos a medida que los recuerdos se desvanecen. En este período de transición a un futuro digital, los sujetos aparecen atrapados en un purgatorio de identidad y subjetividad perdidas, encerrados en habitaciones grises, máscaras protectoras y abrazos sin emociones. Reutilizando la técnica del claroscuro, el juego de luces y sombras en sus retratos solo sirve para resaltar su continua abstracción. Cuando se iluminan, las caras permanecen borrosas, mientras que otras están tan marcadas por una atmósfera tenue y consistente que cualquier contraste visual desaparece. El vívido optimismo de las escenas religiosas se yuxtapone contra el nihilismo acromático borroso de lo contemporáneo, y nuestra incierta capacidad de encontrar propósito e individualidad en este presente.

La propia formación artística de O’Shea incluye el estudio cercano de Goya y Caravaggio, mientras su educación religiosa significó que tenía la exposición frecuente con la iconografía católica. El cuestionamiento nietzscheano de O’Shea sobre la muerte de la religión presenta una entrada necesaria en una contemporaneidad agnóstica y digital, sin embargo responsable de una pérdida de la identidad espiritual tradicional. Entre las representaciones de cuerpos de O’Shea, encontramos cabezas hechas de concreto con máscaras, ilustrando la cualidad sumisa de la humanidad. Una sumisión incuestionable que una vez se presentó frente a la religión se convierte en una dependencia completa de la tecnología. Anónimo, contenido, sumiso y objetivado, las imágenes de rostros pintados con máscaras de gas o visores de realidad virtual se encuentran en un espacio liminal, retratando la incómoda deshumanización tan característica de la inteligencia artificial.

En desafío a estas formas artísticas tradicionales y su estatus “auratico”, la pieza de videoPolifoni ́ a (QUO VADIS), 2023, es el producto de una compilación de imágenes creadas y desarrolladas con diferentes softwares. Estas imágenes son el producto de interpretaciones generadas por ordenador de textos cuidadosamente escritos por el artista, lo que le permite utilizar los medios digitales como una herramienta para crear escenas extrañas. Este proceso de remodelación conduce a una matriz visual surrealista, con grupos sin rostro vestidos con atuendos religiosos, monjes con sofocantes auriculares de realidad virtual y entornos brumosos junto a incendios post-apocalípticos. Dentro de esta distopía digital, hay una falta de vida convincente en las imágenes, sus cualidades extrañamente inhumanas son una metáfora adecuada para nuestra existencia cada vez más en línea. Sin embargo, todas estas ilusiones son representativas de un simulacro de cultura contemporánea. Cada imagen creada se produce a través del entrenamiento de millones de otras imágenes. Es una compilación insondable, y a menudo apropiación, de la representación de la superficie. El arte de la Inteligencia Artificial (IA) se reproduce con desprecio voraz en este vacío de falta de profundidad posmoderna.

La tecnología y las culturas virtuales han proporcionado la base para un nuevo sistema de creencias, que facilita el deseo de una segunda vida a través de dobles digitales de "yo" y personalidades virtuales. Esto puede ser liberador, permitiendo una expresión de identidad que es imposible en la vida cotidiana. Pero tanto como ofrecer un escape, la realidad digital solo ofrece una visión estable del cuerpo que ya no existe en la realidad física, al igual que las esculturas metafóricas de O’Shea. Frente a la nostalgia, la pérdida y el desastre post-apocalíptico, esta exposición continúa en la tradición de la galería para abrir una ventana de esperanza, ya que el espíritu del arte inevitablemente nos salva. Gabriel O’Shea y su trabajo nos están lanzando un salvavidas para sobrevivir en medio del tormento.

Gabriel O’Shea estudió en la Academia de Arte de Barcelona en 2018. Ha realizado exposiciones individuales en el Museo Casa de la Mora, Toluca, México. Y ha participado en exposiciones colectivas como Index 5: estancias en Galería Hilario Galguera, México (2021); y SOUND+, Segunda Edición, Ciudad de México (2022). En 2023, su trabajo fue presentado en la Semana de la Moda de París en colaboración con la marca Airei.

Preludio, se abrirá al público el 21 de abril y permanecerá abierto hasta el 7 de julio de 2023. Lunes a Viernes: 11:00 - 17:00 h

Sábado: 11:00 - 17:00 h
Contacto: info@galeriahilariogalguera.com