Desde 03/03/2020 Hasta 09/05/2020
Curaduría: Gianluca Ranzi
3 de marzo a 9 de mayo
Entre la meditación y la materia, el pensamiento y la visión, la exposición “The Eastern Gesture – Five Voices from the Korean Avant-garde” que se celebrará en la Dep Art Gallery de Milán del 3 de marzo al 9 de mayo de 2020, destaca la investigación realizada por cinco artistas, que desde finales de la década de 1950 han dado forma y redefinido el arte contemporáneo coreano: Chun Kwang Young, Park Seobo, Lee Bae, Lee Ufan, Kim Tschang-Yeul.
Quince obras de medio y gran formato, seleccionadas por el comisario Gianluca Ranzi, ponen de manifiesto la compleja dialéctica entre renovación y tradición que ha involucrado al país en cuarenta años de agitaciones políticas y sociales.
Junto con Lee Ufan y Park Seobo, Kim Tschang-Yeul (1929) es una de las figuras clave en la renovación del arte coreano que comenzó entre los años 50 y 60. Al observar el informel de arte europeo y el expresionismo abstracto, Kim Tschang-Yeul mejoró su estilo personal, caracterizado por constelaciones pictóricas de gotas de agua, pintadas con precisión hiperrealista sobre fondos que pueden ser neutros o cubiertos con ideogramas. Su pintura se mueve dentro de la abstracción y las figuraciones, convirtiéndose en un mantra meditativo que refrena el ego, a favor de un espacio más espiritual, y a veces incluso terapéutico.
Nacido a principios de la década de 1970 y ahora protagonista de grandes retrospectivas en los museos más importantes del mundo, el movimiento artístico Dansaekhwa desarrolló una inclinación hacia un minimalismo monocromo que realza la fisicalidad de la pintura. Park Seobo (1931) participa en el grupo, retomando el uso tradicional del papel Hanji para sus obras, caracterizado por una abstracción lineal y rigurosa, en la que elimina el ego del artista, buscando un vacío meditativo y objetivo, articulado por las líneas verticales en relieve y por sus tonos.
Entre los artistas miembros del grupo Dansaekhwa, Lee Ufan (1936) es el más reconocido internacionalmente, gracias a su participación como artista y teórico en el grupo japonés Mono-Ha. Desarrolló una pintura reduccionista hecha de líneas y pinceladas fluidas, consciente de la tradición caligráfica, que en su obra genera correspondencias y diálogos entre el pleno y el vacío, cuestionando no solo la obra de arte en sí, sino también los entornos circundantes.
Chung Kwang Young (1944) colisiona pintura y escultura en superficies animadas por miríadas de paquetes de papel Mulberry teñidos con té u otros pigmentos naturales, un recuerdo de la infancia relacionado con el hábito coreano de empacar hierbas medicinales y especias con hojas de periódico. Como dice el título de estas pinturas, son “agregaciones” de armonía y conflicto, de naturaleza y cultura, de orden y caos.
Lee Bae (1956) trabaja con composiciones silenciosas que combinan todas las posibilidades cromáticas del color negro, logradas a través de finas capas de carbón o láminas de madera quemada. La combustión y las consecuencias del fuego aluden a la metamorfosis que lo afecta todo, considerando, al mismo tiempo, el espacio pictórico como un acontecimiento susceptible de la acción del tiempo, abriéndose también a la cuarta dimensión.
La exposición se acompaña de un catálogo bilingüe – italiano e inglés – con un ensayo crítico de Gianluca Ranzi.