Desde 08/09/2020 Hasta 22/12/2020
TURI SIMETI. OBRAS 1960 - 2020
curaduría: Demetrio Paparoni
Milán, Dep Art Gallery
8 de septiembre – 22 de diciembre de 2020
Con motivo de la Semana del Arte de Milán, Dep Art Gallery presenta "Turi Simeti. Trabajos 1960 - 2020", abriendo el 8 de septiembre y corriendo hasta el 22 de diciembre. La exposición reúne, hasta el 22 de diciembre, una veintena de obras de gran formato, algunas de ellas procedentes de importantes colecciones privadas, creadas desde el inicio de su carrera hasta nuestros días. Por lo tanto, esta elección ofrece la oportunidad de volver sobre las fases más representativas de la carrera artística de Simeti, una figura clave en el campo de la pintura anicónica y volumétrica de los años sesenta que se desarrolló en Milán en torno a la figura de Lucio Fontana. Fue en el estudio de Fontana donde Simeti expuso sus primeros lienzos evertidos en 1965 en una exposición comisariada por Nanda Vigo. Desde 2013 el artista está representado por la galería Dep Art.
Comisariada por Demetrio Paparoni, la exposición va acompañada de un catálogo en italiano e inglés, que incluye aparatos bio-bibliográficos actualizados y un texto del comisario, que escribe entre otras cosas:
Comenzando con los óvalos negros y los óvalos blancos hechos en 1962, y con las declinaciones posteriores tanto formales como cromáticas, Turi Simeti concibió la pintura como un objeto autónomo que no ilustra, no cuenta, no representa. Como objetos autónomos que sobresalen en el espacio como altos relieves, estas obras pueden considerarse tanto pinturas como esculturas. Pueden ser uno o el otro. Tienen todos los elementos que constituyen una pintura - marco, lienzo, color - y están creados para ser colgados en la pared. Sin embargo, también son esculturales porque, al tener cuerpo y volumen, trascienden la bidimensionalidad de la pintura. Esta ambigüedad es deliberada y plantea preguntas sobre el lenguaje y la naturaleza del arte. No hay que olvidar que la obra de Simeti, paralela a la de Enrico Castellani, Agostino Bonalumi y Paolo Scheggi, comenzó a principios de la década de 1960, siguiendo el impulso teórico y formal de los agujeros y cortes de Lucio Fontana. Ya existe en esta visión la semilla de la dinámica del pensamiento que conducirá a la llamada pintura analítica y al arte conceptual. Su obra es un objeto sostenido por una arquitectura interna, un cuerpo real cuya superficie, el lienzo, no es más que la piel que lo cubre. Por lo tanto, es el método adoptado para su construcción el que permite que la obra encarne un significado que se expresa tanto en la solidez de la estructura de soporte, que no podemos ver, que solo podemos imaginar, como en la tensión del lienzo, estirado tanto como sea necesario para alcanzar el límite máximo de extensión.
Aunque es comprensible que Simeti crea que sus obras, como formas relacionadas con un método, no están sujetas a interpretación, es innegable que no hay obra de arte que no trascienda las intenciones de su autor, acabando manifestándose mucho más de lo que pretendía. En la obra de Simeti, por ejemplo, se puede ver una narrativa que se refiere al riesgo de ir más allá de lo permitido, una advertencia para evitar lágrimas irremediables. El propio Simeti explicó que su preocupación es forzar la elasticidad del lienzo tanto como sea posible sin que se rompa. La fractura, cuando ocurre, no permite recuperar el lienzo. Su método presupone que todo está bajo control, desde el proyecto para el carpintero que construye el marco hasta la intervención del artista para sacar los relieves".