Arbiter elegantiarum

Las pinturas de SCIFF son sin duda Pop y Pop Art de los años sesenta que reproducen imágenes provenientes de la publicidad, la mercancía de productos, los modelos de medios de comunicación y los estereotipos populares.
El artista traduce todo siguiendo dos pistas que siempre están presentes en cada una de sus obras y caracterizan consistentemente un proceso que comenzó en la edad adulta, ligado a toda una vida de trabajo en el campo del diseño, en estrecho contacto con personas como Vico Magistretti.
Si el diseño industrial resulta en una predisposición a la linealidad y la armonía cromática, los dos focos de la investigación de SCIFF son, por un lado, una ironía que profana los elementos básicos del Pop Art del siglo XX, donde nada se cuestionaba, y por otro lado la actuación de una cultura clásica que lo impulsa a colocar en cada pintura o escultura, una pegatina de colores brillantes con un lema latino. “Estas frases muy famosas abren, de repente, una apertura a la cultura clásica de SCIFF, un mundo completamente diferente que es ajeno al Pop actual”, comenta Martina Corgnati, crítica de arte.

El contraste creado entre las formas fáciles de entender, los titulares que a menudo nos hacen sonreír inteligentemente e incluso las citas latinas que encajan en algo un poco más ético aunque nunca moralizante, llevan al observador a reflexionar fácilmente sobre hábitos simples, sobre las obsesiones y delirios de una clase media convencional que carece de autocrítica.