Mégalopole

Atraídos y fascinados por los colores desde una edad muy temprana, acompañaron a la artista desde el jardín de infantes hasta la escuela secundaria, donde tomó la clase de arte opcional. La música ha sido parte de su educación, finalmente decidió estudiar musicología. Durante su carrera como docente de música y canto coral en el sistema educativo nacional, las vibraciones de colores continúan cautivándola y la expresión pictórica nunca deja de desafiarla.
A lo largo de su carrera y sus sucesivos movimientos, descubrió la acuarela, el pastel, el óleo y el acrílico. Es finalmente hacia este último hacia el que decide volverse. Representar la realidad es parte de sus primeras elecciones, pero el descubrimiento del cuchillo la dirige entonces hacia lo abstracto con este deseo de explorar el gesto y el color. Saborea la libertad, no hay más intermediario entre ella y el lienzo. Vive plenamente en el momento presente, ya no trata de hacer, lo hace. Está subyugada por los colores, tienen el poder de animarla. Deja que la guíen, está en un camino sin saber a dónde va hasta el momento en que algo parece organizarse sin su conocimiento y la sorprende. Es como si su paisaje interior se hubiera posado sobre el lienzo.